El 20 de agosto de 2018, una quinceañera sueca que por entonces cursaba el noveno grado, el equivalente a 4º de la ESO en España, decidió ausentarse de sus clases y apostarse en actitud de protesta en las inmediaciones de la sede del Riksdag (Parlamento sueco) durante su jornada escolar. Su nombre era Greta Tintin Eleonora Ernam Thunberg y demandaba, sentada con gesto impávido y desafiante sobre el frío suelo de la capital del país escandinavo, junto a una pancarta en la que podía leerse la frase «Skolstrejk för klimatet» («Huelga escolar por el clima»), la reducción estatal de las emisiones de carbono de acuerdo con lo establecido en el Acuerdo de París. Era el germen del activismo medioambiental juvenil y del movimiento Fridays for Future, un pronunciamiento estudiantil internacional que reclama acciones concretas contra el calentamiento global y el cambio climático.

Greta Thunberg en el Parlamento de Suecia.

El desafío de la joven activista traspasó fronteras inmediatamente y adquirió proporciones mundiales. Decenas de miles de estudiantes se manifestaron durante 2019, cada viernes, en más de 300 ciudades repartidas por todo el globo y el movimiento promovió la primera gran huelga juvenil internacional por el clima, que se celebró el 15 de marzo de ese año con la participación de más de un millón de manifestantes. Además, la acción de Greta Thunberg inspiró el nacimiento de plataformas como Juventud X el Clima, Futuro Vegetal, Lezte Generation o Extinction Rebellion, un movimiento de acción directa no violenta que llegó a paralizar el centro de Londres.

En nuestra localidad, la preocupación por el clima derivó finalmente en la creación del colectivo “Yecla, la ciudad más limpia de España”, una iniciativa que pretende reeducar las conductas incívicas mediante acciones como la recogida de residuos en el casco urbano y zonas limítrofes. El eco de la acción reivindicativa de la activista sueca también resonó en nuestra localidad el 27 de septiembre de 2019, con una manifestación, mayoritariamente juvenil, y organizada por la plataforma ciudadana “Salvemos el Arabí y Comarca», en la Plaza del Ayuntamiento, con el fin de sumarse al movimiento global en defensa del clima. La generación verde también tuvo otra oportunidad para expresar sus planteamientos el pasado 21 de marzo, en la ya consolidada Hora del Planeta promovida por World Wild Fund, en la cual, mediante el apagado simbólico de edificios municipales durante una hora, se puso de manifiesto la importancia que tiene la preservación de nuestros territorios.

Los jóvenes padecen los desmanes en la gestión climática de los líderes mundiales y viven especialmente preocupados por el futuro. Se trata de la primera generación concienciada realmente en la materia. Según la macroencuesta publicada por Playground y Ashoka, la generación verde siente mayoritariamente una honda preocupación por el cambio climático. Sin embargo, para este sondeo, la mayoría de los jóvenes (80%) creen, de hecho, que el nivel de concienciación general de la población es insuficiente y tres de cada cinco consideran que los medios de  comunicación ofrecen poco espacio en sus parrillas televisivas en estos ámbitos.

Es más, la mayoría de los jóvenes sugiere transformar el modelo de consumo general a otro más consciente de los límites medioambientales y exigen, cada vez más, acciones colectivas o individuales como el uso masivo del transporte público, el abaratamiento de las renovables, el replanteamiento del sistema alimentario y la reducción del consumo desmesurado de carne. Tanto es así, que el 94% de los jóvenes consultados estaría dispuesto a aumentar el tiempo del trayecto de sus viajes de ocio si ello implicase el uso de transportes menos contaminantes.

El fenómeno de la ecoansiedad

El miedo crónico a un posible desastre ambiental ya ha sido asumido por los profesionales de la salud mental. Una gran parte de las nuevas generaciones, preocupadas por un hipotético cataclismo que comprometa sus vidas y las de sus descendientes, padece situaciones de estrés o ansiedad desmedidas por el impacto irrevocable del cambio climático. Pese a las voces que tachan de alarmismo injustificado los vaivenes del clima, lo cierto es que las alteraciones del sueño y el nerviosismo constante son comunes entre aquellos adolescentes que reflexionan en voz alta sobre la salud del mundo.

Etiquetados como los primeros «nativos digitales», y también conocidos como la Generación Tik Tok, esta promoción, que ronda los 20 años, conoce las nuevas tecnologías sobradamente, toman decisiones de compra informadas y tratan de mentalizar a sus padres sobre la necesidad de adoptar nuevas políticas de preservación verdes. Es decir, son persuasivos en sus propuestas. Así, cada vez más, los adultos nacidos a partir de 1997 comienzan a decantarse por trayectorias profesionales centradas en abordar la crisis climática, según una información publicada por el periódico The Guardian. Se trata de, como señalan algunos sociólogos especializados, la generación más disruptiva de la historia.

Semana del Clima de Nueva York y gestos cotidianos

La ciudad de Nueva York acogió la pasada semana la XV edición de la Semana del Clima bajo el lema «We Can, We Will», con una agenda en la que intercambiaron impresiones jefes de Estado, funcionarios y líderes de la sociedad civil. Desde las primeras jornadas, decenas de miles de manifestantes protestaron reclamando el fin del uso indiscriminado de los combustibles fósiles. Sin embargo, como suele ser habitual, la cumbre terminó con más incógnitas que certezas y con propósitos inconclusos por parte de los dirigentes mundiales.

En el ámbito municipal, la mentalización individual sigue siendo la gran asignatura pendiente en la conservación de nuestro entorno. Sin ir más lejos, la pasada semana pudimos observar la acumulación de restos de basura, mangueras de riego y taludes revestidos de piedras extraídas de parcelas de cultivo en uno de los parajes naturales más visitados de nuestro entorno. De nosotros depende, se nos acaba el tiempo.